«No deseo que las mujeres tengan más poder
sobre los hombres, sino que tengan más poder
sobre ellas mismas». –
Mary Shelley
Es tiempo de reconocer una verdad crucial: las mujeres son clave para el éxito del sector retail. El camino hacia la recuperación de la industria será uno distinto para cada empresa, sin embargo, el elemento común será que no habrá recuperación sin la mano de las mujeres, ya sea como clientes o como colaboradoras.
Las mujeres sostienen de manera importante al sector. Como clientes, son las compradoras principales de productos para todos los miembros de la familia; ropa, zapatos, comestibles, muebles, joyas y accesorios son solamente algunas categorías de productos que compran mayoritariamente las mujeres. Su influencia y poder de decisión de compra en el retail es innegable y enorme.
Vender en el retail requiere un enfoque en el detalle. Las mujeres son particularmente sensibles a la experiencia total de compra. Sus observaciones son críticas y determinantes con respecto a aspectos tangibles e intangibles de la experiencia. Detección de mercancía de baja calidad, música, limpieza, impecabilidad de trato en cualquier punto de contacto con una marca, facilidad de acceso a un sitio o aplicación, servicio posventa, etc. son solamente algunos aspectos, que no pasan desapercibidos para una mujer.
En su desempeño como colaboradoras, muchas mujeres del retail demuestran constantemente comportamientos de venta que fácilmente las distinguen del resto. Competencias como inteligencia emocional, empatía, escucha, conexión con el cliente y colaboración están presentes en las interacciones con los clientes muchas veces de manera más espontánea que adquirida.
El despliegue de cualidades innatas asociadas a las mujeres se traduce en fortalezas en las interacciones con clientes y distinguen a la colaboradora exitosa de la colaboradora promedio. Cuando en la organización existe una verdadera preocupación por la formación integral de sus colaboradoras donde el desarrollo de habilidades blandas se complemente con habilidades técnicas, se siembran las condiciones para que las colaboradoras de retail sean capaces de potenciar sus capacidades, ascender profesionalmente y ocupar posiciones de mayor responsabilidad.
Tanto en retail como en otras industrias, las mujeres tienen un porcentaje escaso de participación en los consejos de administración de las empresas. Pese a que representan un amplio porcentaje de la fuerza de trabajo del sector, muy pocas llegan a ocupar cargos a nivel Dirección.
Existe una percepción generalizada de que las mujeres han ganado terreno y hoy ocupan más puestos de liderazgo. La mayoría de las mujeres que trabaja en el sector ocupa posiciones como vendedoras de piso, demostradoras, encargadas de atención al cliente, compradoras, gerentes de tienda o gerentes comerciales. A pesar de ser líderes excelentes, las mujeres todavía están poco representadas en posiciones estratégicas. El camino por recorrer es largo en materia de generación de oportunidades más igualitarias entre hombres y mujeres en el retail.
El talento femenino del sector requiere un impulso mucho mayor. Es necesario crear políticas y programas que permitan retener al talento femenino valioso, así como proporcionar más y mejores oportunidades de desarrollo y crecimiento y crear condiciones de trabajo más equitativas en las que la mujer crezca y despliegue sus capacidades y cualidades únicas aportando aún más al negocio para el que trabaja. Se requieren nuevos liderazgos masculinos que impulsen mujeres abriendo más espacios de actuación para ellas dentro de la organización.
La pandemia ha afectado a todos, y el talento femenino no es la excepción. Muchas mujeres se han visto en la necesidad de pausar su carrera profesional o incluso abandonarla. El confinamiento ha dividido a muchas empresas del retail que sobreviven o que agonizan y esta polarización también se ha hecho presente en las mujeres que trabajan para dicha industria.
Muchas pueden expresar impacto negativo de la pandemia en su carrera profesional. Otras reconocen algún impacto positivo. Las mujeres con hijos pequeños y demás familiares a su cargo identifican claramente retos asociados a la crianza y al cuidado de otros, así como el impacto que esto tiene en lo profesional. Aunque muchos de estos desafíos ya estaban presentes antes de la pandemia, cada vez es más difícil encontrar el equilibrio entre roles como resultado de una pandemia muy prolongada y tal vez trabajo remoto.
Algunos efectos del impacto negativo en las colaboradoras se relacionan con recortes a su sueldo e incremento en las cargas de trabajo. Para muchas, el efecto ha sido incluso la pérdida del empleo. El impacto positivo a menudo es visto como oportunidad para desarrollar competencias nuevas, el entusiasmo y motivación para cumplir con nuevas asignaciones y el tiempo para estar con la familia.
En el camino hacia la recuperación del retail y el tránsito hacia mejores escenarios, se hace necesario reconocer el enorme poder de las mujeres como clientas y colaboradoras. Con el incremento de su actividad comercial, ejercen su poder personal para favorecer a las empresas del sector. A partir del desarrollo de habilidades nuevas, ejercen su poder personal para contribuir al fortalecimiento del negocio.
Todos los días son oportunos para recordar a las mujeres su enorme poder personal.
La autora es Maestra en Desarrollo Humano y colabora actualmente como parte del equipo de Consultoría para el sector Retail de la firma The Friedman Group México.
En The Friedman Group reconocemos, respetamos y valoramos la labor de todas las mujeres.
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